La ciencia de la Psicología es un espectro muy amplio. La función ante los estímulos positivos o negativos que puede sufrir un jugador a lo largo de su vida deportiva puede variarse. Desde el estasis de convertir un gol, ganar una final, o festejar un titulo, hasta el mal trago de errar un penal, tener rachas negativas, malos partidos, entre otras cosas.
Entonces, hablamos con Valentina Ternengo, que en esta ocasión nos contó acerca de dos cuestiones fundamentales: La presión del jugador y los acontecimientos violentos tanto adentro como afuera de la cancha:
🔗Cómo el jugador maneja la presión en la cancha?
Desde la psicología del deporte, se busca orientar, y guiar al deportista en la búsqueda de sus resultados. Dejando en segundo plano el resultado como fin último, sino que lo primordial es el proceso que debe atravesar desde lo emocional y psicológico para alcanzar un nivel óptimo en su rendimiento, el cual traerá los resultados esperados por él, por el club, los hinchas y su entorno. Cuando el jugador se enfoca en lo que espera el entorno de él, o en las expectativas que el resto tenga, solo se cargara de presiones, sensaciones de mal estar, y sentimientos asociados al miedo y a la frustración. Es por eso, que a través del trabajo psicológico se busca la construcción y aplicación de técnicas y estrategias que contengan al deportista.
Existen diversas herramientas y técnicas para el manejo de la presión, generalmente los jugadores intentan controlar las emociones, asociadas al temor y al miedo a errar o fracasar. Algo con lo que conviven todos los atletas, el temor a tomar una mala decisión.
🔗Qué herramientas deberían brindar las instituciones para frenar actos violentos en actividades deportivas?
En primera instancia, como en toda institución, es fundamental brindar charlas de concientización sobre la violencia en todos sus ámbitos. Formar a los entrenadores y dirigentes, quienes deben hacer una fuerte campaña para disminuir la violencia lo que más se pueda. Está claro que no hablamos de evitar, ya que las conductas agresivas son inherentes al ser humano, por naturaleza; gracias a las normas, valores culturales y construcciones sociales, la violencia no debe ser un hecho normal, sin embargo, convive y habita entre nuestros vínculos, relaciones y socializaciones. Por este motivo, considero que se deben comenzar a desarticular las acciones violentas, desde el dialogo intra-institucional, para luego comenzar a realizar acciones específicas hacia el afuera.
Esta es la primera parte de una larga entrevista con muchas cosas interesantes para desarrollar. Pero en la cual queremos dejar un mensaje claro en el cual tanto la licenciada como también nuestro medio deportivo hacemos énfasis: «Si el compromiso que tomamos como actores principales es de dejar un claro mensaje de no violencia y buscamos aportar soluciones desde nuestra parte, como medio o como profesional de la salud mental, también invitamos a los clubes y dirigentes de la Liga a comprometerse con este flagelo y a formar parte de la solución a este problema.
