
Laura Marchantené, profesora de educación física, destacó la relevancia de la actividad deportiva no solo como un medio para mejorar la condición física, sino también como una herramienta para inculcar valores como el compromiso y la constancia.
En su experiencia, trabajar con alumnos de distintas edades implica adaptar las actividades según sus capacidades, siempre priorizando su comodidad y crecimiento: “Considero muy importante el enriquecimiento del repertorio motriz en el desarrollo físico, por medio de estímulos variados. Es importante trabajar la fuerza, coordinación, equilibrio, movilidad”.
Para Laura, el éxito radica en armar una planificación adecuada, donde los niños puedan desarrollar no solo sus habilidades físicas, sino también aprender a enfrentar retos con constancia: “Lo más difícil es lograr el compromiso y la constancia con la actividad. Es necesario que los chicos entiendan que toda actividad es un proceso que lleva tiempo y esfuerzo».

Uno de los principales desafíos en su trabajo es mantener motivados e interesados a todos en la actividad física: “Lo ideal es adaptar las actividades para que sean divertidas, pero también que representen un desafío. Cada niño tiene su propio ritmo, y es fundamental respetarlo para que no pierdan la motivación ni se sientan frustrados”.
Marchantené considera que la educación física va más allá del ejercicio, contribuyendo a formar personas más responsables y conscientes de su cuerpo y sus capacidades.
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