20 de abril de 2024

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Aimar y Lionel Messi lograron juntos la tan esperada Copa América para Argentina.

Aimar y Lionel Messi lograron juntos la tan esperada Copa América para Argentina.

Veintiocho años sin títulos internacionales son mucho tiempo para un equipo que en el correr del tiempo, siempre ha tenido nombres que jugaban en los mejores clubes del mundo.

Desde el nuevo milenio en adelante, no solamente que Argentina no pudo conseguir copas para sus vitrinas sino que también estuvo en varias finales continentales y/o mundiales.

Y aquí se presentan dos actores fundamentales que lograron conseguir la Copa América tan buscada: Aimar y Messi.

La historia entre estos dos grandes del fútbol mundial es conocida, Aimar fue un jugador que ha desplegado magia y calidad futbolística en cada club por el que pasó y logro así tener un reconocimiento de sus pares y también de la gente de aquel entonces.

Y allí estaba un joven jugador rosarino que soñaba con ser el, que miraba sus goles y gambetas y admiraba cada jugada en la que el «Payasito» tocara el balón, un niño al cual para poder cumplir su sueño de jugar con la selección debió mudarse a España para someterse a un tratamiento de crecimiento.

Y el tiempo pudo juntar por primera vez al ídolo y a la leyenda, porque ya en ese momento Messi ya era algo más que un simple jugador talentoso. Insistir en jugar con Argentina, teniendo la chance de nacionalizarse Español, fue una de las tantas cosas que Messi hizo por la selección.

Aimar y Messi comenzaron a compartir vestuario juntos en 2006 (Mundial Alemania), en la que ya el riocuartense llegaba de un Valencia imbatible.

Luego de esa cita mundialista, tanto el idolo como la ya leyenda confirmada que iba a ser Messi siguieron nutriéndose dentro del campo de juego. Fue hasta la finalización de las eliminatorias que apuntaban a Sudáfrica en la que la convivencia llegaría a su fin.

Desde ese momento, tuvieron que pasar 8 años para que estos dos grandes jugadores vuelvan a juntarse. Esta vez, el ídolo sin pantalones cortos ni botines, sino ya con el rol de ayudante técnico.

Quizás esa admiración mutua que se tuvieron fue también un rol fundamental para haber logrado un campeonato después de tanto tiempo.

Porque ser ídolo de la leyenda lo pone en un lugar muy especial, es el referente que miró en su niñez para ser lo que es hoy, el héroe de todo un país que pedía a gritos un titulo con la selección.

La foto luego del partido consagratorio demostró como ese niño que acariciaba los «posters» de su ídolo en su habitación se transformó en la leyenda consagrada y reconocida por todo el mundo, siempre con Aimar como camino a seguir.